sábado, 3 de octubre de 2009


El día de la Marmota


El tiempo pasa, inexorablemente. Y por más tiempo que transcurre en este, naturalmente agraciado, rincón del Mar Menor no podemos decir que sea para avanzar o traer progreso a nuestro pueblo. Nos hayamos inmersos en un estancamiento (al margen de la economía y la crisis, que no es de ahora) de tal forma que parecemos ser los actores secundarios del film del “Atrapado en el Tiempo”. Parece ser que nadie, ni sabios ni tontos, terminan de encontrar el punto de inflexión para que una mañana la ilusión vuelva a las vidas de las gentes de este pueblo, y permanecemos como Bill Murray en dicha película.


Al principio, y hasta ahora, hubo un único culpable –siempre lo será-, como presunto autor material de la decisión que propició la lamentable situación en que se encuentra nuestro ayuntamiento de San Pedro del Pinatar y, al menos para unos cuantos, pasará a la historia como el artífice de una de las mayores torpezas políticas que puede cometer un cargo público en un sistema democrático (que no en una empresa), que no es otra que la de decidir quedarse en “minoría absoluta”.


Dada esa situación, que pudo ser evitada por los que la alentaron, y por los que por su inacción comulgaron con llevar a cabo la decisión estamos donde estamos (sinceramente yo creía que había más masa gris en ese grupo, ¡madre mía!, ¡¿en manos de quien estamos?!). Ni tan siquiera con la supuesta experiencia, que se le suponía a algún miembro del equipo de gobierno se fue capaz, en su día, de frenar el disparate. Esa carga de responsabilidad tampoco es pelufa de caña y a cada uno deberá exigírsele esa parte de responsabilidad si no actúa en consecuencia en el futuro inmediato. Es de suponer que a raíz de los plazos dados, los ultimátums, y tantas entrevistas e historias que nos han contado desde el inicio de esta crisis institucional, cada uno tendrá que asumir la parte, que en cierta lógica, debe asumir, porque sino esto no tendrá ningún sentido y tendremos que empezar a pensar que aquí nadie cumple lo que dice o promete y todota sido un engaño.


¿Finalmente? ningún ¿sabio? Parece tener el valor suficiente para ponerle el cascabel al gato y tomar la iniciativa de cambiar el rumbo del Ayuntamiento, con lo cual estamos condenados a chuparnos unos cuantos meses más del “día de la marmota”.


Actualmente al equipo de gobierno no se le puede pedir que reoriente el rumbo hacia ningún lado, ya que este atajo de berzotas (salvo alguna honrosa excepción) no lo han sabido hacer y van a ser incapaces de hacer otra cosa que mirar, a finales de mes, si la tesorera del ayuntamiento tiene “perricas” para ingresarles la nómina y cada primero de mes, al ver el ingreso en la libreta banco, soltar un: uuhfff!! Mientras tragan saliva. Como dice el refranero “ande yo caliente… que le den porsaco a los proveedores que yo con cartitas y un par de entrevistas lo arreglo todo”.


Las cartas ya están boca arriba, están todas repartidas, y todos los movimientos que se esperaban para finales del verano supuestamente ya se han dado. El Partido Popular ya ha hablado y ha dicho que seguirán haciendo oposición, constructiva para salvar al pueblo… y demás excusas. Ya lo veremos. El pueblo les agradecerá que así sea, si es sincera la aseveración y si así lo demuestran, lo que el pueblo no va a perdonarles es que para desgastar al alcalde y al equipo de gobierno se hayan tramado una estrategia que perjudique más aún la deteriorada gobernabilidad del Consistorio y por ende el municipio y sus ciudadanos.


El PP sabe de sobra, y a estas alturas todo el pueblo también, que tanto inútil a las riendas de este ayuntamiento no traerá sino más miseria. En el PP recae la responsabilidad ahora de que sus propuestas sean verdaderamente traedoras de estabilidad y progreso. El caso es que desde la oposición, yo particularmente, entiendo que será muy difícil, es más bien un “me conformo”. Probablemente como partido van a desencantar más que a ilusionar a muchos ciudadanos de uno y otro lado. Es un hecho objetivo que bastantes propuestas presentadas por el PP y aprobadas en pleno no se han cumplido por el alcalde, ni las va a cumplir, entre otras cosas, por interés propio y porque se le amotinarían las rémoras.


En el PP, tras haber tenido la oportunidad de coger el toro por los cuernos se ha decidido la postura “humilde” de permanecer donde el pueblo los quiso tener, han sido pulcros y prefieren prescindir de las herramientas democráticas al alcance, esgrimiendo una dudosa sensatez propia de otros ideales, quizás con la vista puesta en la única alternativa que se dará, necesariamente, a muy corto plazo, no más de tres o cuatro meses, y descartar la oportunidad de abrir esta puerta por la fuerza, sino por pura inercia. Para mí que esa decisión viene impregnada de un tinte estrictamente político que de ganas de arreglar la cosa, y transgrede, obviamente, el ámbito del grupo municipal. Tiempo al tiempo… y que algunos/as del partido popular vayan preparando el tablacho que, más bien pronto, bajará riada...


Pero después de todo, esta gente del PP (Grupo Municipal), tienen suerte de poder decir eso y tener la capacidad de decidirlo por sí mismos, otros estamos donde una única persona, el alcalde, y unos pocos berzotas ambiciosos han querido, en contra de lo que decidió la voluntad popular, que en su día dijo que estuviéramos gobernando los diez que salimos elegidos en las urnas de la candidatura del PSOE. No crean que a mi me preocupa en exceso que estos zinguangos del equipo de gobierno, visto lo visto, apoyaran el que cuatro concejales no debiéramos estar ahí, lo que más me preocupa es que “todos” los murcianos tenemos en la calle princesa de Murcia a un atajo de asnos e incapaces a un nivel impropio de esta Región y más cercano a países tercermundistas (que perdonen los asnos por elevar a su altura a esta gentuza).


Entretanto un pueblo engañado por unos cuantos inútiles asiste a una progresiva decadencia, que impasible sigue avanzando hacia un futuro incierto. En este “Titanic Consistorial” no se atisba ni un solo brote de esperanza que traiga ilusión porque los que tienen supuestamente la responsabilidad prefieren concentrarse en mantenerse como sea a flote ¡que el agua está muy fría!, y el buque que venia al rescate hace la vista gorda y dirige la proa hacia otros lares, como huyendo de un enjambre y bordeando descaradamente al siniestrado Titanic, dejando a su suerte a los supervivientes. ¿Omisión de socorro? O quizá… ¡¡espera que voy a por refuerzos!!